En la actualidad podemos afirmar que, en gran medida en las
instituciones y organizaciones, los administradores y directivos han avanzado
en los cambios necesarios para hacer frente a factores determinantes como la
ciencia, la tecnología, los medios informativos y el crecimiento de valores en
los sectores de bienes y servicios. Pero indiscutiblemente que falta mucho por
hacer; sobre todo de asumir con responsabilidad el compromiso que tienen las
empresas en la actual economía mundial, para la creación de un nuevo modelo de
responsabilidad social que esté acorde a las exigencias posmodernas; para que
los empresarios y directivos; tengan una actitud verdaderamente ética para con
los grupos de interés y con la sociedad. Las instituciones y organizaciones
están constituidas por personas, por lo que los empresarios y directivos
deberán enfrentar los desafíos que se les presenten en el contexto actual, y,
adaptarse a los cambios y hacer de ellos oportunidades de desarrollo; en un
mundo globalizado de avances científicos, de innovación tecnológica, auge en la
información y comunicación; teniendo gran impacto en los aspectos de carácter
económico, laboral, social, cultural entre otros.
El modelo empresarial de la nueva economía que nos presenta
Andrés Western, contenido en el libro “Ética actual y profesional”, dentro del
capítulo de valores éticos empresariales; nos dice que, el modelo empresarial
contemporáneo, está sustentado en el sistema capitalista liberal, representando
un cambio de la empresa tradicional. Para una mayor comprensión del cambio
empresarial y contextualizarlo en el ámbito de la sociedad del conocimiento
(nueva sociedad que se fundamenta en el concepto de la nueva economía mundial),
es conveniente el enfoque y cambios que se han dado de las sociedades
pre-modernas a modernas. Un factor que nos ayuda a entender esa transición es
la tecnología, pues la finalidad de su aplicación por el hombre, es el de
buscar el bienestar de la convivencia humana y mejorar la actividad laboral. En
el contexto actual, en las sociedades modernas es una prioridad el progreso en
los diferentes ámbitos de la vida, para lo cual es necesario el desarrollo
tecnológico. Así el avance tecnológico influye en los cambios sociales, mas no
los determina.
Lo anterior nos muestra la tendencia que las instituciones
y organizaciones posmodernas deben seguir, con el propósito fundamental de
cumplir de manera eficiente y humana con sus compromisos, por un lado, e
indiscutiblemente atendiendo sus intereses económicos. Pero canalizando parte
de sus ganancias o utilidades a diferentes programas sociales para atender y
resolver problemas que tiene la sociedad. Problemas, generados algunos de ellos
por las mismas empresas, por lo que implica para las mismas una doble
responsabilidad social.
En los años recientes, algunas instituciones y
organizaciones han tenido que tomar acciones contundentes en sus obligaciones
de responsabilidad social, debido a las presiones por parte de fundaciones y
movimientos ecologistas y de defensa del consumidor. Es evidente que hay mucho
por hacer, por ejemplo evitar llevar a cabo acciones como en la actualidad en
donde las empresas siguen contribuyendo al deterioro del medio ambiente;
teniendo efectos negativos y repercusiones en la naturaleza, a causa del cambio
climático como son las lluvias constantes, temperaturas muy altas, incremento
del nivel del mar, formación de tormentas y oleajes con gran fuerza de destrucción,
sequías, y en la actualidad en nuestro país se han sentido temblores con mayor
frecuencia en algunas ciudades que se consideraban a sísmicas, entre otros.
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